¡Bang! ¡Boom! Desarrollo de planes de entrenamiento para perros con aversión a los ruidos

Resumen: Es complicado desarrollar un plan de entrenamiento efectivo para perros que sufren de aversión a los ruidos debido a la comorbilidad de otros desafíos conductuales, la impredictibilidad inherente del estímulo y la tendencia de los clientes a minimizar el sufrimiento del perro. Las sugerencias prácticas basadas en la investigación pueden ayudar a los consultores de conducta a desarrollar protocolos que sean flexibles y fáciles de entender para los clientes.
Introducción: ¿Qué es la aversión a los ruidos?
Escenario: una sala de estar en una casa pequeña, atardece en una noche tranquila de verano y se oyen grillos en la distancia.
Tú: [sentada en el sofá, quedándote dormida]
[UN FUERTE RUIDO DESCONOCIDO QUE SUENA MUY CERCA]
Tú: [sorprendida, te levantas rápidamente buscando de dónde viene el sonido]
[LOS RUIDOS FUERTES CONTINÚAN EN RÁFAGAS]
Tú: [te apuras en llegar al escondite más cercano, temblando fuertemente, jadeando sin parar, lo que provoca que saliva caiga de tu lengua]
Muy a menudo esta es la realidad para perros que escuchan fuegos artificiales, truenos y otros ruidos fuertes. Casi un 52% de la población de perros domésticos muestra conductas que indican que sufren de aversión a los ruidos.1,2Desafortunadamente, de acuerdo con Blackwell et al. (2013) solo el 25% de los tutores reconoce que su perro tiene miedo a los ruidos.1 Esto indica que para los perros que temen a los ruidos fuertes, sus tutores solo son capaces de reconocer su lenguaje corporal alrededor de un 50% de las veces, y buscan tratamiento con aún menos frecuencia.
Si eres un consultor de conducta profesional, probablemente has encontrado este escenario muchas veces: perros que están aterrorizados de los ruidos fuertes y clientes que no están conscientes de cuánto está sufriendo su perro. Es muy probable también que te hayas encontrado tutores que sepan del sufrimiento de su perro pero no saben cómo ayudarlo. Las siguientes estrategias están diseñadas para darle a los entrenadores caninos y consultores información de la literatura científica para mejorar la ayuda que brindan.
El miedo y la sensibilidad a los ruidos fuertes tienen implicaciones negativas directas para el bienestar de todas las partes involucradas.3Los perros que experimentan extensas exposiciones a ruidos fuertes de cerca, habitualmente se vuelven más sensibles y continúan experimentando un incremento en el miedo y ansiedad.4Se ha demostrado que impacta la salud, expectativa de vida y bienestar a largo plazo del perro.5 Consecuentemente, tanto los signos leves como los graves deben ser reconocidos, abordados y tratados lo antes posible.6
Las conductas desplegadas como respuesta a los ruidos fuertes varían de perro en perro y ocurren en el marco de un espectro. Habitualmente van desde miedo a fobia. El miedo es una respuesta adaptativa a una amenaza potencial que asegura la seguridad y supervivencia,7,8 mientras que una fobia es una respuesta desadaptativa y se puede caracterizar por un perro que presenta una respuesta excesiva e irracional (en duración o intensidad) a un estímulo amenazante o no amenazante.6,8
Las conductas comunes desplegadas en ambos tipos de reacciones son: esconderse, orinar, defecar, morder, jadear, pasearse, intentar escapar (cavar, salir a través de ventanas, o pasar a través de murallas, salir corriendo) babear, buscar a su tutor, secreción de glándulas anales, anorexia, no escuchar comandos/señales, temblar, pupilas dilatadas y vocalizaciones (ladridos).6,8,9-12 Usaré el término “aversión a los ruidos” para describir a los perros que muestran reacciones de mucho miedo o ansiedad a sonidos específicos, como los truenos y la pirotecnia.
La mayoría de los tutores caninos no tienen el entrenamiento para saber cuándo las conductas son preocupantes y/o cuando no lo son.13 Puede que no mencionen las conductas relacionadas con ruidos fuertes. Esto es frecuentemente el resultado de una falta de conocimiento. Y algunas veces los tutores están más preocupados de otras conductas y se quieren enfocar en esas. Y luego están los tutores caninos que piensan que al perro “se le va a pasar”. Como experto, eres responsable de reconocer signos y precursores de los problemas conductuales de los que el cliente no se da cuenta. Una vez que las conductas preocupantes han sido identificadas, es tu responsabilidad educar a los clientes sobre qué significan estas conductas, ayudarles a entender que cuando los perros tienen estas experiencias pueden volverse un problema más serio y enfatizar que es mejor abordarlas y tratarlas ahora.
Pronóstico
En ocasiones, una resolución total de la aversión a los ruidos fuertes no es realista. Una reacción al estímulo amenazante es una respuesta biológica normal y no puede eliminarse por completo del repertorio comportamental de cualquier animal.14 Pero los tutores pueden esperar ver una disminución en la respuesta de miedo y/o una mayor tolerancia al ruido con entrenamiento y guía adecuadas.14
Subsecuentemente, una reducción de la conducta problemática y un aumento en las conductas de adaptación puede llevar a un mayor bienestar tanto para el perro como para el tutor. A medida que explicas tu pronóstico al cliente, menciona que la modificación de conducta es un proceso lento y constante.
Antes de implementar un plan de modificación de conducta, ayuda a tu cliente a determinar los detonantes específicos, sus precursores y qué conducta produce cada detonante. Es importante que, con cada detonante, establezcas y traces un mapa que incluya las medidas conductuales tales como frecuencia de exposición, duración de la respuesta y/o el tiempo que le toma al perro recuperarse luego de un detonante.
Hay diferentes factores que contribuyen a al pronóstico de un buen o mal resultado. Estos incluyen: (1) la severidad de la fobia, (2) el tiempo que el perro ha experimentado esta fobia, (3) si el evento es estacionario o constante o si es predecible y (4) la práctica y cumplimiento de los tutores. El pronóstico es mejor cuando la conducta es menos grave, más nueva, provocada por eventos predecibles y el tutor sigue cuidadosamente cada paso del plan de modificación conductual. Cuando la conducta es más grave, ha estado sucediendo por mucho tiempo, el antecedente es impredecible y el tutor no practica de forma diligente el resultado es menos favorable.
Cuando consideras un plan de tratamiento para tus clientes con perros con aversión a los ruidos fuertes, es importante priorizar el bienestar inmediato del perro por encima de los pasos preferibles desde el punto de vista del diagnóstico. Esto significa que en algunas circunstancias se puede requerir que nos saltemos pasos para poder atender las necesidades inmediatas del bienestar del perro. Por ejemplo, si te llega un cliente el día 2 de julio, diciendo que su perro está salivando, tiembla y se esconde en el baño cuando escucha fuegos artificiales, crear e implementar un plan efectivo de modificación conductual antes del 4 de julio (día de la independencia en Estados Unidos*) es imposible. En un mundo ideal, esto hubiera sido abordado meses antes de los inminentes fuegos artificiales, pero el mundo es imperfecto y debes tener un plan B. En esta situación, probablemente te enfoques en el manejo en lugar de una modificación conductual y derivarás a un veterinario (etólogo*) que pueda determinar si una medicación ansiolítica es apropiada. En este ejemplo, previo a la implementación de un plan a largo plazo para los fuegos artificiales del próximo año, necesitas darle al cliente soluciones para manejo de crisis.
Crear el plan de tratamiento
Como consultor de conducta, eres responsable de desarrollar el plan de entrenamiento y de determinar cuándo se refiere a un veterinario o veterinario etólogo* para que el perro sea evaluado y ver si es candidato para medicación situacional o diaria.
Intervenciones inmediatas
Trabajar con un veterinario
La medicación conductual puede ser muy útil al tratar las aversiones al ruido;3,6,14 sin embargo, como consultor de conducta no puedes practicar la medicina veterinaria. Puedes aconsejar a tus clientes que piensas que su perro puede beneficiarse de medicación. Pero recomendar medicamentos específicos y sus dosis es un ejemplo de practicar la medicina veterinaria sin estar licenciado y esto es ilegal. Tu foco debe ser crear un equipo que te incluya a ti, el cliente, el perro y un veterinario (etólogo*) y trabajar todos juntos para garantizar que el perro reciba cuidados compasivos, atentos y meticulosos.
Como consultor de conducta, tu rol es desarrollar el plan de entrenamiento, enseñar a los clientes cómo implementarlo y reunir información para compartir con el veterinario (etólogo*) que ayudará a determinar si el perro necesitare el apoyo adicional de la medicación o ajustes a la medicación a medida que el tratamiento avance. Eres el enlace o conexión. Puedes compartir los videos que grabaste y analizar las medidas conductuales que implementaste con el veterinario (etólogo*) para que use esa información en su diagnóstico y tratamiento. Límites claros y saludables mantendrán a todos seguros, mientras se desarrollan la confianza y respeto.
Hay tres ocasiones en las que es importante que tu cliente busque la asesoría de un veterinario (etólogo*) lo antes posible.
- Si el cliente ha sido diligente al trabajar con su perro y los videos confirman que ha habido poco avance.
- Cuando no hay tiempo para modificación conductual porque el evento está a la vuelta de la esquina.
- Si el perro experimenta dolor musculo-esquelético.
López Fagundes et al. 2018 encontró tres características únicas pertinentes a los temas de ruidos que se relacionan con dolor subyacente y puede requerir mayor apoyo veterinario.15 (1) Los perros con sensibilidad a los sonidos y dolor musculo-esquelético, es probable que generalicen a otros sonidos muy rápidamente. (2) Los perros que previamente mostraron signos de incomodidad como respuesta a los sonidos fuertes y tiene alrededor de 5 años o más puedan tener dolor subyacente. (3) Los cambios conductuales alrededor de otros perros, incluyendo la evitación. Los autores indican que probar medicamentos para el dolor y no ver cambios en la conducta no significa necesariamente que el dolor no sea un factor. Más bien, sugieren que la medicación puede no estar abordando el dolor o que la dosis no haya sido la correcta. Puede ser útil el mantener estos factores en mente cuando consultemos con nuestros clientes y a lo largo del plan de modificación conductual.
Reglas básicas para comunicar a tus clientes
No castigues al perro
Asegúrate de que tus clientes entiendan que los perros que muestran conductas indeseadas cuando son provocadas por un sonido fuerte no se están portando mal. Tienen miedo o fobia y debemos brindarles las herramientas y el apoyo para que puedan aprender a lidiar con la situación. El castigo no ayuda en el desarrollo de las habilidades para sobrellevarlo.16
Interactúa y reconforta al perro
Contrario a las creencias populares, el confortar a un perro que está asustado no empeorará la conducta.17 Sugiere a tus clientes que realicen una actividad entretenida, como lanzar un Kong o Toppl, o jugar su juego favorito. Esto ayuda a que todos se enfoquen en otra cosa y crea una distracción mientras pasa la tormenta o hasta que la pirotecnia acabe.
Crea un espacio seguro
Los perros que están solos durante los fuegos artificiales o tormentas pueden hacerse daño. Cuando los clientes estén creando un espacio seguro para su perro temeroso, indícales que incluyan: música o TV encendidas, que limiten la luz natural o usen cortinas blackout cerradas, que el tutor intente estar en casa con el perro y darle al perro un Kong o un juguete que lo reconforte.18 Mientras que el perro puede escoger esconderse e ignorar a sus tutores, sigue siendo más seguro emocional y físicamente para él si están cerca.19
Modificación conductual
La modificación conductual se enfoca en cambiar el comportamiento del perro mientras que el entorno permanece (relativamente) igual. Hay dos habilidades principales que los consultores deben ayudar a que los tutores y perros aprendan: a relajarse en un tapete/alfombra, y a cambiar su reacción a los sonidos a través de contracondicionamiento y desensibilización (CC/DS). La meta de la relajación en un tapete es reemplazar conductas como el esconderse y pasearse y crear una respuesta de relajación condicionada de forma clásica al tapete.
Relajación en el tapete
Cuando comienzas a enseñarle al perro de tu cliente a relajarse en el tapete, asegúrate que no haya ruidos presentes que provoquen miedo.20 Los perros que ya dominan la relajación en el tapete se echan calmadamente en la colchoneta (o cama, toalla, etc.). Su cuerpo está relajado, y parece que se fueran a quedar dormidos. Cuando se paran o sientan, puede que se estiren o bostecen como si hubieran despertado de una siesta.
Cuando practicas la relajación en la colchoneta con su perro, el tutor también debe estar relajado. Ignorar las distracciones de afuera puede ayudar al perro y al tutor a tener éxito. A medida que entrenan, anima a los tutores a respirar profundo. Durante la sesión, el perro debe gradualmente moverse de una posición tipo esfinge a relajado con la cadera hacia un lado. Respirar profundo y poner su barbilla en la cama son ambas señales de éxito. Si el perro se duerme, ¡mucho mejor!
Relajarse en la colchoneta requiere de 10 a 20 minutos de práctica diaria y mucha paciencia. Para comenzar, el tutor debe traer el perro a la cama. El tutor se sentará al lado de la cama y el perro en la cama. Luego, el tutor debería atraer al perro a una posición de echado. Usar un premio/señuelo es importante porque le enseña al perro a relajarse, en lugar de trabajar. Si el perro aún no sabe “echado/abajo” el tutor lo puede moldear mientras usa el señuelo. Asegúrate de que el tutor evite usar marcadores y señales, y que entregue el premio lenta y calmadamente y las ubique al medio de sus patas delanteras. Son preferibles los premios de bajo valor porque no lo sobreexcitarán. También se recomienda no hablarle al perro durante este ejercicio.
Al comienzo del entrenamiento, es preferible una tasa alta de refuerzo para ayudar al perro a construir el valor y deseo de quedarse en la cama. A medida que el perro avance, el tutor puede progresivamente espaciar la entrega de premios. Primero, el perro puede intentar levantarse cuando esto suceda y está bien. Ellos deben simplemente usar luring (uso de señuelo*) para llevarlo a la posición de echado en la cama.
Es importante que los tutores practiquen este ejercicio en sesiones más largas y con menos frecuencia cada día. Practicar una vez al día por 10 minutos es preferible a practicar tres veces al día por tres minutos. Cuando el perro ve aparecer la cama, camina hacia ella, se echa y muestra conductas de relajación rápidamente, el trabajo está dando resultados.
Contracondicionamiento y desensibilización
El contracondicionamiento (CC) es el proceso de emparejar un estímulo deseable como comida o juego con el estímulo que provoca miedo.20 La desensibilización (DS) se puede definir como la exposición gradual y controlada al estímulo para extinguir las manifestaciones de conductas temerosas.21 El contracondicionamiento es más efectivo cuando se empareja con desensibilización (CC/DS).20
La meta del CC/DS es enseñar al perro a ser menos ansioso y temeroso de los sonidos fuertes, para que puedan relajarse cuando ocurran los eventos de la vida real como la pirotecnia y las tormentas. El CC/DS es considerado como el mejor tratamiento de modificación conductual para las aversiones a ruidos. 6,11,21
La metáfora del bar abierto/cerrado de Jean Donaldson22 puede ser una forma efectiva de introducir el concepto a los clientes y puede desglosarse en 7 pasos:
- Entregara los clientes grabaciones de los sonidos a los que el perro teme, o hacer que ellos graben. Hay algunas listas de reproducción en Spotify y YouTube que pueden ser de ayuda.
- Identificar el volumen en el que el perro no reacciona al sonido. Es mejor comenzar con el sonido bajo e incrementar el volumen de uno a la vez.
- Sacar la colchoneta de relajación del perro y tener sus premios favoritos listos del tamaño de un guisante. Sentarse frente al perro y hacer que se echen en su tapete.
- Reproducir el sonido (se abre el bar).
- Darle premios de forma continua a medida que el sonido este siendo reproducido.
- Pausar el sonido por 15 a 60 segundos (se cierra el bar) e inmediatamente dejar de dar premios.
- Repetir los pasos del 4 al 6 por varios días con el mismo volumen.
Cuando el perro escuche el sonido y su lenguaje corporal comunique que están anticipando premios, el tutor debe subir el volumen un nivel. Luego de subir el volumen, el perro debe permanecer relajado y no mostrar ninguna señal de estrés. Si muestra señales de estrés, el volumen está muy fuerte y el tutor necesita bajar al volumen anterior. El entrenamiento debe ocurrir a ese volumen hasta que pueda ser incrementado y el perro permanezca relajado.
Consideraciones:
- Debe haber un contraste claro entre cuándo el sonido se escucha y cuándo no. Los premios solo se ofrecen cuando se escucha el sonido. Queremos que el perro anticipe emocionadamente el ruido para que obtenga muchos premios.
- El orden es importante. Se escucha el sonido, luego se ofrecen los premios. Los premios no significan simplemente una distracción mientras que el ruido suena en el fondo. Se supone que son una consecuencia previsible del comienzo del sonido.
- El perro debe permanecer relajado durante todas las sesiones de práctica. Si comienza a engullir sus premios, a tomar los premios bruscamente del tutor cuando las había estado tomando suavemente, cuerpo rígido, temblando o estando hiper vigilante, el tutor debe relajarse, bajar el volumen y pasar más tiempo trabajando en cada nivel de sonido.
En un estudio de Riemer (2020),21 el 70.8% de los tutores caninos indicaron que creen que el contracondicionamiento y la desensibilización fueron efectivos en aliviar la aversión a los ruidos de sus perros. Sin embargo, estos métodos presentan ciertos desafíos. Requieren mucho tiempo, prácticas diarias y un tutor dedicado. La práctica debe ser mantenida periódicamente para asegurar que los perros retengan su respuesta libre de miedo. Adicionalmente, las condiciones de la vida real pueden ser difíciles de replicar, y algunos perros no responden o generalizan las grabaciones con eventos de la vida real. Teniendo en mente estas consideraciones, es importante aconsejar de forma realista a tus clientes para desarrollar y mantener expectativas razonables sobre la conducta del perro.
Evaluación del plan de tratamiento
La evaluación es una parte importante de tu plan de modificación conductual y no debe pasarse por alto.23 Una forma de evaluar y hacer seguimiento al progreso del perro es grabar videos, ya sea en tus sesiones o los enviados por el cliente. Puedes usar estos videos para codificar las conductas vistas al inicio y volver más tarde para hacer seguimiento al progreso. Si los clientes se sienten atascados o frustrados en cualquier momento, volver a los datos de referencia iniciales y comparar con donde están ahora es una buena forma de cuantificar el progreso del perro. También es una buena oportunidad para que refuerces a los tutores por todo su arduo trabajo. Los videos también pueden ayudar a evaluar cualquier error de procedimiento y te permite ayudar a los clientes a ajustar su entrenamiento. Estos errores se deben a una de estas dos causas: tu cliente no está consciente de los errores que está cometiendo o no comete los mismos errores cuando trabajan juntos en persona.
Conclusión
Escenario: una sala de estar en una casa pequeña, atardece en una noche tranquila de verano y se oyen grillos en la distancia.
Tú: [sentada en el sofá, quedándote dormida]
[UN FUERTE RUIDO DESCONOCIDO QUE SUENA MUY CERCA]
Tú: [te vas a acostar a tu cama, relajada]
Referencias
- Blackwell, E. J., Bradshaw, J. W., & Casey, R. A. (2013). Fear responses to noises in domestic dogs: Prevalence, risk factors and co-occurrence with other fear-related behaviour. Applied Animal Behaviour Science, 145:1–2, 15–25.
- Riemer, S. (2019). Not a one-way road—Severity, progression and prevention of firework fears in dogs. PLOS One, 14:9, e0218150.
- Engel, O., Müller, H. W., Klee, R., Francke, B., & Mills, D. S. (2019). Effectiveness of imepitoin for the control of anxiety and fear associated with noise phobia in dogs. Journal of Veterinary Internal Medicine, 33:6, 2675–2684.
- Tiira, K., & Lohi, H. (2015). Early life experiences and exercise associate with canine anxieties. PLOS One, 10:11, e0141907.
- Dreschel, N. A. (2010). The effects of fear and anxiety on health and lifespan in pet dogs. Applied Animal Behaviour Science, 125:3–4, 157–162.
- Ballamwar, V. A., Bonde, S. W., Mangle, N. S., & Vyavahare, S. H. (2008). Noise phobia in dog. Veterinary World, 1:11, 351–352.
- Handegård, K. W., Storengen, L. M., & Lingaas, F. (2020). Noise reactivity in standard poodles and Irish soft-coated wheaten terriers. Journal of Veterinary Behavior, 36, 4–12.
- Sherman, B. L., & Mills, D. S. (2008). Canine anxieties and phobias: An update on separation anxiety and noise aversions. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 38:5, 1081–1106.
- Beerda, B., Schilder, M. B., van Hooff, J., & de Vries, H. W. (1997). Manifestations of chronic and acute stress in dogs. Applied Animal Behaviour Science, 52:3–4, 307–319.
- Franzini De Souza, C. C., Dias, D. P. M., Souza, R. N. D., & Medeiros, M. A. D. (2018). Use of behavioural and physiological responses for scoring sound sensitivity in dogs. PLOS One, 13:8, e0200618.
- Levine, E. D., Ramos, D., & Mills, D. S. (2007). A prospective study of two self-help CD-based desensitization and counter-conditioning programmes with the use of Dog Appeasing Pheromone for the treatment of firework fears in dogs(Canis familiaris). Applied Animal Behaviour Science, 105:4, 311–329.
- Overall, K. L., Dunham, A. E., & Frank, D. (2001). Frequency of nonspecific clinical signs in dogs with separation anxiety, thunderstorm phobia, and noise phobia, alone or in combination. Journal of the American Veterinary Medical Association, 219:4.
- Grigg, E. K., Chou, J., Parker, E., Gatesy-Davis, A., Clarkson, S. T., & Hart, L. A. (2021). Stress-related behaviors in companion dogs exposed to common household noises, and owners’ interpretations of their dogs’ behaviors. Frontiers in Veterinary Science, 8:76084.
- Crowell-Davis, S. L., Seibert, L. M., Sung, W., Parthasarathy, V., & Curtis, T. M. (2003). Use of clomipramine, alprazolam, and behavior modification for treatment of storm phobia in dogs. Journal of the American Veterinary Medical Association, 222:6, 744–748.
- Lopes Fagundes, A. L., Hewison, L., McPeake, K. J., Zulch, H., & Mills, D. S. (2018). Noise sensitivities in dogs: An exploration of signs in dogs with and without musculoskeletal pain using qualitative content analysis. Frontiers in Veterinary Science, 5
- Ziv, G. (2017). The effects of using aversive training methods in dogs—A review. Journal of Veterinary Behavior, 19, 50–60.
- McConnell, P. (2009). The Other End of the Leash Blog, “You Can’t Reinforce Fear: Dogs and Thunderstorms.” Last accessed 10/13/2022
- Sheppard, G., & Mills, D. S. (2003). Evaluation of dog-appeasing pheromone as a potential treatment for dogs fearful of fireworks. Veterinary Record, 152:14, 432–436.
- Payne, E., Bennett, P., & McGreevy, P. (2015). Current perspectives on attachment and bonding in the dog-human dyad. Psychology Research and Behavior Management, 71.
- Keller, N. E., Hennings, A. C., & Dunsmoor, J. E. (2020). Behavioral and neural processes in counterconditioning: Past and future directions. Behaviour Research and Therapy, 125, 103532.
- Riemer, S. (2020). Effectiveness of treatments for firework fears in dogs. Journal of Veterinary Behavior, 37, 61–70.
- Donaldson, J. (2009). Dogs Are from Neptune (2nd ed.). Wenatchee, WA: Dogwise Publishing.
- Moncher, F. J., & Prinz, R. J. (1991). Treatment fidelity in outcome studies. Clinical Psychology Review, 11:3, 247–266.
Rachel Lane, CPDT-KA es una estudiante graduada de Virginia Tech del programa online de maestría en Bienestar y Comportamiento Animal Aplicado. Bajo la mentoría de las doctoras Erica N Feuerbacher y Lisa Gunter, Rachel realizó investigaciones examinando las percepciones de los tutores de cachorros sobre la socialización y su habilidad de interpretar lenguaje corporal canino. Vive y trabaja como entrenadora canina en la ciudad de Nueva York y ha estado entrenando perros por más de una década. A Rachel le encanta traducir la ciencia del comportamiento animal de vanguardia en planes de entrenamiento prácticos, eficientes, eficaces y humanitarios. Su meta es ayudar a los perros y sus humanos a vivir juntos más felices y saludables. Rachel es la orgullosa mamá del mejor mestizo de terrier rescatado, Dustin. Puedes encontrar a Rachel en rlanedog.com, leashandlearnnyc.com, or info@leashandlearnnyc.com.
(* Notas de la traductora)
Traducido por Wen Bautista
COMPARTIR