Diseño centrado en el humano como marco para la implementación exitosa de un plan de tratamiento canino

Escrito por Luisa Ruge

Mientras que la profesión de comportamiento animal aplicado continúa creciendo e innovando, ¿cómo los diseños de metodología centrados en el humano pueden ser aplicados para aumentar la implementación exitosa de planes de tratamiento canino? En el siguiente artículo, te mostraré cómo los principios del pensamiento de diseño pueden ser utilizados como una forma para que los consultores de comportamiento interactúen exitosamente con sus clientes al permitirles integrar sus diversos ambientes, circunstancias, y necesidades personales en el diseño de los planes de tratamiento posibles.

El diseño y desarrollo del producto es un esfuerzo multidisciplinario que abarca todos los aspectos del desarrollo del producto y servicio, desde el diseño de aviones al diseño de tu experiencia en el hospital. En este campo, hay un proceso establecido:

  1. Fase de descubrimiento: entender el problema al reunir toda información que puede ser de valor, el “quién, qué, cuándo, cómo y por qué”.
  2. Fase de definición: formulación del espacio problema, identificar qué es lo que realmente se tiene que resolver dependiendo de las necesidades, capacidades y contexto de los involucrados.
  3. Fase de diseño: desarrollo del espacio de oportunidad, a partir de los componentes del espacio del problema. Generación, refinamiento y testeo del concepto iterativo, yendo hacia el diseño final del producto o servicio que se puede fabricar o implementar fácilmente.
  4. Fase de entrega: el producto o servicio está preparado e introducido en el mercado.

Dependiendo del problema particular, usuario(s), y contexto, el protocolo se puede expandir, reducir, o permitir más profundidad durante algunas fases. Durante el proceso, los diseñadores utilizan un conjunto de metodologías que son englobadas por el término “pensamiento de diseño” o “diseño centrado en el humano”. El término “pensamiento de diseño” aparece en el diseño de literatura en el libro de 1987 de Peter Rowe, Pensamiento de diseño. Lindber et al afirman que se utiliza para “describir la estrategia cognitiva de un diseñador para resolver problemas”. Según Tim Brown, director general de la firma de diseño y consulta IDEO:

“[Pensamiento de diseño] utiliza la sensibilidad y métodos del diseñador para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible; y lo que una estrategia comercial viable puede convertirse en valor para el cliente y una oportunidad de mercado”.

Consultores de conducta como diseñadores

Los consultores de conducta ya están haciendo uso de algunos elementos del proceso de diseño cuando trabajan con sus clientes, aunque no necesariamente saben que lo están haciendo. Steve Zawistowski, de la Sociedad de Comportamiento Animal, describe el proceso de la consulta de comportamiento como primero tener una historia del caso y descripción del problema de conducta en contexto. Esta es la fase de descubrimiento. Luego viene la fase de definición, donde, como explica Zawistowski, “el especialista en comportamiento animal aplicado puede desarrollar la teoría de porqué o cómo se desarrolló el comportamiento, y la manera en la que se está manteniendo”. Luego el consultor pasa a la fase de diseño,donde “diseña una intervención que puede reducir o eliminar el problema”. Y finalmente, la fase de entrega,que requiere “la habilidad para traducir ese conocimiento a métodos prácticos que reduzcan los conflictos que las personas puedan tener con los animales, o para mejorar el disfrute que las personas pueden tener viviendo cerca o con animales”.

Las similitudes entre las fases de diseño de producto y el proceso por el cual pasa el consultor de conducta animal junto a sus clientes sugiere que los consultores de conducta podrían beneficiarse de más conocimientos sobre el pensamiento de diseño, que es una herramienta que prospera en situaciones que requieren la habilidad de co-generar rápidamente soluciones innovadoras, estrategias y oportunidades, teniendo en consideración las necesidades y deseos del usuario.

Este artículo se centra en comparar la manera en que los consultores de comportamiento implementan sus planes de tratamiento, y cómo las metodologías de pensamiento de diseño pueden usarse en la fase de diseño del desarrollo del producto y servicio.

Condiciones para una exitosa consultoría de comportamiento

Cuando se entienden los factores involucrados en un exitoso plan de tratamiento en el comportamiento animal aplicado, debemos tener en cuenta el hecho de que, como Zawistowski lo expone, “el especialista en comportamiento animal aplicado trabaja fuera de las murallas protectoras y de las condiciones controladas de laboratorio, (por lo tanto) sus intervenciones necesitan tener un impacto que sobrepase el ruido de muchos eventos extraños y estímulos que presenta el mundo real”.

Además, debemos entender que la implementación recae sobre los hombros del propietario, por lo que no estamos tratando con una línea directa de comunicación constante con el perro, como lo haría un especialista de comportamiento humano con su cliente. Estas dos razones principales –quien tiene al perro y el contexto en el que vive el perro– son las que finalmente determinarán el éxito del tratamiento.

El aspecto primordial de comenzar un plan de tratamiento es crear una relación entre el perro y su tutor. La importancia de este vínculo es suprema, porque los “perros son seres sociales, dependientes de relaciones para un sustento emocional. Esperar que un perro realice una acción determinada… fuera de una relación de amor sería parecido a la consolidación de un matrimonio sin amor, amistad o compromiso; no tendría sentido” (Bergin, 2012, p.69).

Es necesario tener en cuenta que “los clientes generalmente están abrumados debido a lo que le pedimos que hagan, particularmente cuando esas cosas requieren un gran compromiso de tiempo o esfuerzo o un llamado al cambio”. Encontrar la manera de crear el resultado más beneficioso para el perro requiere cambiar gradualmente comportamientos y hábitos aprendidos en el tutor, para que ellos los traspasen correctamente a su compañero.

Hacer de esto una experiencia positiva para todos los involucrados aumentará significativamente las probabilidades de tratar exitosamente al perro. Esto requiere: (1) Una comprensión abierta entre las partes interesadas, (2) ser empático y ver la situación desde varios ángulos, (3) permitir que se identifiquen oportunidades sólidas, (4) enfocarse en las soluciones y no en el problema, (5) dar a los clientes las herramientas que pueden utilizar durante el tratamiento, y (6) armar el plan con objetivos alcanzables e hitos de progreso. Al integrar estas buenas prácticas, los clientes se transforman en participantes activos con mayores niveles de compromiso y satisfacción. A su vez, esto permitirá orgánicamente un entorno más optimista y enriquecedor para la solución al problema.

Las condiciones para un diseño de producto exitoso

Durante la fase de diseño, una fase caracterizada por la constante elaboración de posibles soluciones, el pensamiento de diseño se vuelve una herramienta dinámica que crea un diálogo entre el diseñador y el problema a ser resuelto. Para habilitar este proceso, se necesita usar ciertas guías que promueven un ambiente donde las ideas se puedan probar rápidamente, los errores se puedan corregir y las soluciones puedan implementarse adecuadamente. Las más importantes son, en las palabras de Linderg et al:

“Pensamiento libre de restricciones: al inicio uno debe evitar (o ignorar) los juicios personales y solo gradualmente desarrollar juicios compartidos con otros miembros del equipo de diseño. Generación exploratoria de ideas: a través de una combinación lúdica entre experiencias personales y conocimientos relacionados al proyecto, las ideas debiesen ser generadas y refinadas hasta que se adaptan a la sección del mundo para las cuales están destinadas… Selección consciente de caminos de soluciones: el equipo debe usar técnicas sistemáticas e intuitivas para decidir qué problema se abordará a continuación…”

En pocas palabras, el pensamiento de diseño tiene como objetivo “transformar condiciones existentes en las preferidas”, un objetivo compartido por especialistas en comportamiento animal aplicado. Los diseñadores de producto necesitan estar libres de restricción de pensamiento y estar dispuestos a tener un enfoque abierto, innovador, incluso lúdico para sus diseños. Los consultores de comportamiento también debiesen tener esta mentalidad cuando diseñan una intervención, porque enfocarse en hacer una intervención divertida y promover la relación entre el perro y el cliente aumentará la probabilidad de que la intervención sea exitosa.

Las similitudes entre las disciplinas son increíbles, desde la habilidad de entender la situación hasta abstenerse de juzgar y permitir que la información surja orgánicamente, hasta ser capaz de adaptarse y cambiar rápidamente sin perder de vista el panorama general. La diferencia aparece en que el diseñador generalmente trabaja dentro de sistemas de humano-objeto/servicio-humano, mientras que el especialista en comportamiento animal aplicado se enfoca en sistemas de humano-canino-humano.

La diferencia sistémica no crea un punto de quiebre, sino que crea un desafío de diseño en sí mismo. Hace unos años, y debido a la evolución del diseño como profesión, Sanders y Stappers infieren que:

“Estamos pasando del diseño de categorías de ‘productos’ a diseños para los propósitos de las personas. Las tradicionales disciplinas de diseño… están centradas en el producto o tecnología… Las prácticas emergentes de diseño… centradas en las necesidades de las personas o necesidades sociales, y requieren de un enfoque diferente en donde se necesita adoptar puntos de vista más amplios y abordar ámbitos de investigación más amplios”.

Esto significa que, durante la fase de diseño, el diálogo que solía suceder entre el diseñador y el problema ahora se ha expandido a incluir al usuario. Esté área se describe como diseño participativo, donde el pensamiento de diseño se transforma en las nociones de co-diseño, definidas por Sanders y Stappers como “creatividad colectiva tal como se aplica a lo largo de todo el proceso de diseño”. El co-diseño permite la integración de sistemas utilizados por ambos, diseñadores y especialistas en comportamiento animal aplicado, para un enfoque multiespecie llevando a la creación de marcos para la implementación exitosa de planes de tratamiento caninos.

Perros y clientes como co-creadores

Entonces, ¿cómo hacer para crear estos marcos de trabajo? Tenemos que empezar por profundizar en las metodologías del pensamiento del co-diseño que son aplicables en el contexto de la consultoría de comportamiento. Al definir el problema de diseño como la implementación exitosa del plan de tratamiento, podemos pasar a la fase de diseño para descubrir cómo hacerlo.

Primero, tomaremos en cuenta las partes interesadas, que en esencia se convierten en el equipo de diseño compuesto por: el consultor de comportamiento, el tutor (y su familia – incluyendo otras mascotas si es aplicable), y el perro. El consultor de comportamiento luego tiene que pasar al rol de un pensador de diseño, expresando un alto nivel de empatía, altamente observador, creador, ingenioso, optimista y experimental que, como hemos visto, sucede de manera orgánica porque ya están usando muchos de los mismos principios.

El consultor de comportamiento luego se convierte en el conductor de la sesión, teniendo como objetivo la responsabilidad de permitir al tutor, a través de su relación con su perro, resolver el problema de comportamiento. Se requiere actuar como el sujeto experto en términos de comportamiento canino, mientras se integran técnicas de co-creación en el diseño actual del plan de tratamiento al tratar al equipo tutor-perro como participantes activos en la formulación y articulación de los ejercicios. El equipo perro-tutor trae la experiencia de su relación; ambos conocen al otro de forma íntima y pueden usar su experiencia como base para saber qué funcionará y que no.

Herramientas de co-creación se basan en actuar y co-desarrollar soluciones creativas a los problemas. En el mundo de productos y servicios, Sanders menciona que “se ha vuelto cada vez más evidente que cada día las personas ya no se conforman con ser simplemente consumidores”. Quieren ser ‘creadores’ también”. Sanders continúa identificando cuatro niveles de creatividad usados en nuestro día a día, como se muestra a continuación:

Los clientes de un consultor de comportamiento mostrarán varios niveles de creatividad. Algunos podrán ser ávidos tutores de perros que participan en la vida de sus perros a nivel diario, siendo creadores y fabricantes, mientras que otros solo querrán que el problema se resuelva, colocándose en los dominios de hacer y adaptar. Sin embargo, una vez que el equipo hace el dominio, se puede integrar fácilmente en el dominio de adaptación, y si el caso lo permite y el consultor de comportamiento puede enseñarles de manera que mantengan el interés, pueden avanzar al dominio de creación. Cuando las personas co-crean, comparten en conjunto el placer de resolver problemas.

Herramientas y técnicas

El rango de herramientas y técnicas disponibles es un tema de estudio por sí mismo. Con el fin de mostrar cuáles son algunos de los métodos más relevantes cuando se trata del diseño del plan de tratamiento canino, se describirán los métodos de creación conjunta de diseño, se identificarán sus objetivos y se ejemplificará su posible aplicación dentro del diseño del plan de tratamiento.

Los métodos están divididos en tres categorías:

  1. Hacer las cosas tangibles: ejercicios que tienen un resultado tangible para ilustrar el entendimiento individual.
  2. Hablar, contar y explicar: ejercicios que usan técnicas verbales para crear entendimiento común.
  3. Actuar, promulgar y jugar: ejercicios que usan el movimiento para evaluar y probar el entendimiento.

Sin embargo, en el futuro, a medida que surjan nuevos dominios en la creatividad colectiva, requerirán la creación de nuevas herramientas y métodos que se adapten a las necesidades del campo de la consultoría de comportamiento animal. Marcos de trabajo para guiar cómo se expresa el comportamiento canino en relación al comportamiento humano y ejercicios de modificación de conducta deberán ser probados para entender si la intersección del pensamiento de diseño y metodología de consulta de comportamiento animal producen el mayor beneficio para el perro. Incluir el pensamiento de diseño y el estudio de creación colectiva como parte del currículum del especialista en comportamiento animal aplicado, o establecer colaboraciones activas entre las personas trabajando en comportamiento animal y diseñadores, podría crear espacios de oportunidad que beneficien a todas las partes involucradas. Las herramientas mostradas pueden aplicarse en una variedad de instancias y casos; algunas podrán tener más sentido para cierto tipo de clientes en el esfuerzo de descubrir y ajustar un plan de tratamiento para sus estilos de aprendizaje, mientras que otros podrán ser más apropiados para diversos problemas conductuales o distintos perros. A pesar de todo, es la premisa de este artículo que una participación más profunda del equipo tutor-perro en el diseño del plan de tratamiento asegurará un mayor nivel de compromiso, comprensión y éxito.

Al final, la responsabilidad es compartida entre todos nosotros. Los perros son una especia completamente domesticada que depende completamente de los humanos, y es nuestro deber encontrar la mejor manera para asegurar, desarrollar, y promover el mayor grado de compatibilidad entre nosotros y ellos. Al entender y probar si la aplicación del pensamiento de diseño aumenta los rangos de éxito en la implementación del plan del tratamiento canino, el paradigma del plan de tratamiento podría evolucionar como existe actualmente, de un ejercicio de escritura y formato a uno de creación colectiva. La tenencia de perros, según la Humane Society de Estados Unidos, es de aproximadamente 78.2 millones, y existe una tendencia social en evolución de incluirlos como miembros activos de nuestras familias y sociedad. Esto significa que la probabilidad de explorar cómo los procesos centrados en el humano pueden adaptarse al mundo canino es un área sin explotar que podría conducir a resultados innovadores.


Luisa Ruge es diseñadora centrada en el humano en proceso de desarrollar una metodología llamada “Diseño Centrado en el Animal o ACD”. Si deseas mayor información sobre la metodología o sobre Luisa, por favor escríbele a luisaruge@gmail.com

Traducido por Pamina Horlacher, IAABC Foundation Español

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